NAMASTÉ: PROYECTO SOLIDARIO CON BOMBAY (INDIA
En Mumbai/Bombay viven aproximadamente
17 millones de personas de las que un 40% lo hacen en chabolas, en los
suburbios o barrios marginales. El modo de vida de miles de personas se da en
unas circunstancias de absoluta miseria y “protegidos” bajo plásticos y sacos
sustentados por cañas o maderas.
Bajo este escenario los niños carecen
de la mínima oportunidad de representar un papel digno y adquieren una visión
distorsionada de la realidad. Opresión, abuso y explotación son guiones
normales hasta el punto en el que el niño es protagonista de un complejo que
hemos dado en llamar: “cultura de la sumisión”.
Impregnadas de esta realidad las
Hermanas inauguran una nueva residencia el 20 de Mayo de 1997 para niñas de la
calle de las chabolas de Ganeshnagar, zona marginal de Mumbai. En la actualidad
este centro acoge a 220 niñas; sin distinción de religión, casta, comunidad o
color. Sus raíces son la cara del nuevo mundo y en ellas brota la semilla de la
labor y esfuerzo de tantas personas que con su corazón, y probablemente sin ser
conscientes de la trascendencia de su
esfuerzo, están
propiciando pasos de cambio radical para los más pequeños.
El centro provee alimentación, ropa de
calle, uniforme y material escolar así como el propio alojamiento y medios
sanitarios a las niñas de la calle.
Para realizar sus estudios el centro
dispone de autobús propio que desplaza a las escolares hasta el colegio de
“Borivli west” también de las Hermanas y de reconocido prestigio en el propio
Mumbai.
Las Hermanas asisten en la
construcción de una conciencia moral para el niño sustentada en valores éticos
y de conducta que posibilitan trazar una perspectiva de futuro. Las niñas de la
residencia fueron recogidas en su día de las chabolas. Las Hermanas se
desplazan por las chabolas ofreciendo su ayuda y acogen a los niños más
necesitados según sus posibilidades. Las familias reciben leche, arroz y otros
alimentos y conocen de primera mano las oportunidades con que beneficiarán a
sus hijas.
Una nueva niña se integra en la
residencia y recibe todos los cuidados previos, limpieza, tratamiento contra
parásitos, etc... La alegría va aflorando con los días en el medio natural de
un niño: relación, formación y diversión. Al finalizar el curso escolar las
niñas vuelven en el periodo de vacaciones con las familias y después... otra
vez a empezar.
La alegría de estos niños es
impresionante. Su mirada transmite una sensación de fuerza y felicidad. Son
listos, muy listos. La formación se complementa con un aglomerado de
actividades: canto, danza, juegos... todo ello crea en esta sociedad una
cultura muy diferente: “la cultura de un mañana” cada vez más cerca.
Este
año, nuestra comunidad educativa se implica, con las Hermanas de India, en esta
labor. Somos constructores de un mañana mejor, donde todos tenemos una
oportunidad. Por eso, desde ANKUR, nos saludan con un NAMASTÉ que significa:
¡Hola! ¡Bienvenidos a nuestras vidas!
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