Todos juntos, a los pies de Jesús y de María Rafols, la protagonista principal de nuestra FIESTA , empezamos nuestra jornada.
Una Eucaristía festiva, participada por todos los ciclos, llena de cantos y sonrisas.
Un mensaje muy claro: Lo que hizo MARIA RAFOLS merece la pena ser recordado, celebrado e imitado. El amor universal, sin fronteras ni prejuicios, no muere nunca por más años que pasen.
¡¡¡¡FELICIDADES, QUERIDA MADRE RÀFOLS!!!!
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